Habitación de Kamijo Versailles

Entró a su habitación acompañado por su nuevo compañero de 5º curso. Su nombre era Hyde, y acababa de conocerlo en un Maid Café en la zona comercial de la ciudad.
La verdad es que Kamijo era así de abierto y no tenía nada que ocultarle a nadie.
Le encanta conocer gente nueva, siempre y cuando sean agradables.

-Entre por favor. Siento que esté un poco desordenada, pero es que acabo de llegar compréndalo.

Le dedicó una amplia sonrisa a su compañero haciéndole pasar.

Mientras iban por el pasillo de las habitaciones, se alegró de que la habitación de Kamijo estuviera cerca de la suya. Así no tendría que caminar mucho a las tantas de la madrugada cuando decidiera volver. Esperó a que abriera la puerta y entró cuando le indicó que podía hacerlo. Su habitación era igual a la propia, pero tenía un aroma particular, era agradable.

-No te preocupes, comprendo, la mia está peor.

Rió apenas. Ya dentro de la habitación comenzó a mirar todo con curiosidad. La luna entraba por la ventana e iluminaba la habitación sin necesidad de encender la luz y eso le gustaba. Esperaba que en la suya fuera igual.

Advirtió que su compañero miraba todo.
Despejó un poco el suelo, dejándose ver la pequeña alfombra que había sobre él.

-Siéntese, Hyde-san.¿Quiere que prenda la luz?

Sonrió alegre a su nuevo compañero deseando abasallarle a preguntas sobre todo lo nuevo a lo que se enfrentaba, pero decidió relajarse un poco y hacer las preguntas en el momento adecuado.

-Una pregunta, Hyde-san, ¿su habitación está cerca de aquí?

Salió del trance que le provocaba la luna y escuchó nuevamente la voz de Kamijo. Dejó su chaqueta sobre una silla y le obedeció, se sentó sobre la alfombra.

-Por mi está bien así, se ilumina todo perfectamente de modo natural.

Escucharse hablar a sí mismo de ese modo a veces le asustaba, pero no podía evitarlo siempre que veía la luna. No dejaba de sonreír. No sabía si era por el alcohol o por el placer de haber encontrado a un compañero varón que no le quisiera romper la cara.

-Si, sólo a unas cuantas de aquí, cuando veníamos pasamos frente a ella, si algún día gustas pasar a saludar, eres bienvenido

Le guiñó el ojo de modo divertido.

La verdad es que le alegró muchísimo que su compañero no estuviese muy lejos. A veces le amenazaban pesadillas que no le dejaban dormir tranquilo.
Respondió al guiño de su amigo con una leve risa.

-Hyde-san, me alegro de haberle conocido -dijo mientras sonreía cerrando los ojos como solía hacer.

Le miró fijamente a los ojos y se asombró de verlos iluminados por la luz de la luna. Eran realmente preciosos.

-Yo también me alegro, Kamijo-san

Sonreía también. No sabía por qué, su nuevo compañero tenía algo que le hacía poder hablar con él fácilmente, ya que no acostumbraba hablar así con cualquiera, no era como si fuera el ser más sociable del mundo. Pero esta vez no se lo atribuía al alcohol, podía estar en sus cinco sentidos y seguir pensando lo mismo. Además, esas formas y esa educación que mostraba eran interesantes. Sin mencionar el aire de misterio que le rodeaba. El mareo se le había pasado pero notaba que el otro lo miraba, no le incomodaba pero se sentía observado. Rió un poco nervioso.

-Ehh... entonces... eres novato en 3º curso. Yo también recién entré pero ya en último año, ¿has asistido ya a alguna clase?

Se había quedado anonadado mirando a su nuevo compañero cuando su respuesta le hizo reaccionar.
¿Él también se alegraba? Era la primera vez que le decían algo así, sentía como si quisiera llorar, pero sin poder.

-Sí, he llegado esta mañana y no, no he asistido a ninguna clase. Me preguntaba si me podrías informar acerca de ello, mi querido Hyde-san.

Kamijo se sentía muy cómodo con su compañero. Sentía que a él podría contarle todo.
Se sentó a su lado para escucharle mejor, y poder seguir mirando sus ojos tranquilamente.

Le agradó que se sentara a su lado y aunque no sabía mucho podía compartir con él lo poco que había vivido y escuchado. Si algo malo andaba por ahí no iba a guardarselo, tenía que compartirlo con los nuevos también, aunque el mismo fuera uno de ellos.

-Las clases son buenas, a veces un poco tediosas porque los compañeros de verdad son molestos la mayoría de las veces.

Rodó los ojos recordando todas las interrupciones que surgieron en las pocas clases a las que había asistido hasta ahora. Sonrió levemente y giró a mirarlo.

-Y al parecer son muy conflictivos, me parece que tienen problemas. Por la tarde uno de ellos me golpeó en el comedor. Menos mal que no me rompió la cara.

Rió un tanto avergonzado por esa confesión, aunque ya no le dolía tanto. Luego bajó la voz y se acercó un poco a Kamijo, hablándole seriamente como lo hiciera su amiga horas antes.

-Pero, bueno... una chica me advirtió que así son las cosas acá. No puede confiar en cualquiera, Kamijo-san.

Esto último le llamó un poco la atención. No le gustaba meterse en problemas y menos que le metiesen a él.
No había intimado con ningún compañero de su curso aún, por lo que no sabía cómo iba a caerles a los demás. Ahora mismo se sentía un poco inseguro de sí mismo.

-¿Le golpeó?, eso no tiene elegancia.-dijo frunciendo el ceño.

Observó un poco la cara de su amigo, intentando ver alguna magulladura que pudiese dañar su lindo rostro.

-En usted, si podré confiar...¿verdad,Hyde-san?

Lo miró muy seriamente, sin quitar la mirada de sus ojos.

Sonrió ante su reacción, y se cohibió un poco cuando lo miró con tal detenimiento pero no le dio mucha importancia. Él mismo se había mirado en el espejo de su habitación y estaba seguro que con suerte su cara seguía normal. Lo último que dijo le tomó por sorpresa, sin embargo no lo dudó.

-Por supuesto que puede, Kamijo-san. Con gusto le ofrezco mi compañía y si es conveniente, le ayudaré si en algún momento lo necesita.

No apartó la vista tampoco, en ese ángulo la luz de la luna daba ahora en los ojos de él. Eran hipnotizantes, aunque bien podían ser lentillas.

Se conmovió al oir esas palabras, tanto que llegó a correr una lagrima por su mejilla. Al sentirla, apartó la cara, pues no quería que su compañero se diese cuenta.
Pasó la manga de su camisa por sus ojos suavemente y se arregló un poco el pelo.
Cuando lloraba, solía ponersele el rosto colorado, y auqnue con la leve luz de la luna no se notaría demasiado, decidió no mirar a su nuevo compañero en un rato.
Las palabras de Hyde le habían llegado al corazón, viniendo de otra persona lo más seguro es que no hubiera pasado. Solía llevarse por sus sentimientos pero no tanto.

A pesar de que Kamijo se había apartado así de rápido, él había estado mirando sus ojos y pudo ver primero cómo se le humedecían, lo cual relacionó con cualquier otra cosa, no se imaginó que algo le pasara. Apenas notó el correr de una lágrima por su mejilla. No quiso decir nada por un momento, tal vez había dicho algo malo. Se reprochó mentalmente y después se acercó a Kamijo esperando no incomodarlo más. Puso una mano sobre el hombro del otro joven por unos segundos luego se aventuró a hablarle.

-¿Estás bien? Siento si dije algo malo.

Bajó la vista esperando alguna reacción de su parte, sin quitar la mano de su hombro.

Al oir esas palabras sintió que su amigo lo hubiera interpretado mal y necesitaba arreglarlo, ¿pero cómo?.
Agarro la mano que su compañero tenía apoyada en su hombro.

-Estoy bien, no ha dicho nada malo, Hyde-san, solo que... sus palabras me han hecho muy feliz.

Volvió a mirar a Hyde con una amplia sonrisa y los ojos cerrados mientras le caía otra lagrima.

Suspiró al escucharlo y sonrió también, aliviado de no haberle ofendido. Con el pulgar retiró la nueva lágrima que caía por la mejilla de Kamijo.

-Menos mal. Si te hace feliz, creo que no hay problema nee?

Aunque estaba sorprendido y un tanto acalorado por sus palabras, aún así permaneció con él, esperando que se tranquilizara. Se le ocurrió que podría cambiar el tema para distraerlo.

-Y... ya te instalaste en algún club??

Todo el ambiente se le hacía placentero, muy agradable.

-Creo creer que no -expresó sonriendo nuevamente.

Se volvió a retocar el cabello, nervioso por lo que Hyde pudiera presenciar sobre su mal aspecto. ¿Por qué estaba tan nervioso y alterado? Ni él mismo lo sabría explicar, pero la presencia de Hyde le hacía sentir así, cómodo pero nervioso a la vez.

-Pues sí, pedí el acceso al club de teatro, pero se ve que soy el único allí.

Y siguió arreglandose en cabello sin aparentes preocupaciones.

Se sintió mejor cuando el cambio de conversación lo puso de mejor humor nuevamente. Le parecía un poco divertido como se acomodaba el cabello, se aventuró a llevar la mano a su cabello, era suave.

-Tu cabello se ve bien

Le sonrió. Al parecer el efecto del alcohol se había pasado, se sentía mejor y caía poco a poco en cuenta de que Kamijo estaba nervioso, le pareció tierno pero a la vez le hacía ponerse nervioso también, pero hacía lo posible por ocultarlo.

-Ahh, eres actor?

Sintió que se ponía colorado cuando Hyde tocó su cabello y se puso más nervioso aún.

-Gra...gracias, Hyde-san...-dijo mirando hacia otra parte.

No podía creer que estuviera tan nervioso. No encontraba la razón.
Cada vez, Hyde le parecía mejor persona, cada vez que hablaba perecía como si le estuviera hablando un ángel...Se sentía como en un sueño...

-No, no soy actor.-dijo entre risas- simplemente me gusta el teatro.

Notó el rubor en sus mejillas, debía admitirlo, se veía adorable. Ahora se reprendió mentalmente por pensar así tan rápido pero no dejó de sonreirle. Sentía que no podía dejar de sonreír, se sentía bien.

-Entonces... Productor? Director? Staff?

Se rió. Se acomodó en el piso de modo que ya estaba arrodillado frente a su compañero. Le emocionaba todo lo que tenía que ver con las artes.

-Yo estoy en el club de música. Soy músico.

Apuntó dandose cuenta después de que eso era obvio. Rió nuevamente.

Se rió ante la forma de expresarse de su compañero. Era muy agradable estar así, hablando de cualquier cosa, aunque no fuera interesante o productiva. ¿Qué más daba?

- Me gustaría ser guionista o algo por el estilo, pero en el club, yo solo, no hago nada. Esperaré a que se apunte más gente, y mientras escribiré alguna obra, aunque sea muy breve, con algo se empieza,¿no?

Se rió nuevamente mirando el rostro de su compañero.

-¿Eres músico? Qué interesante...-dijo mientras miraba el reloj- Es un poco tarde ¿no crees?, ¿en este instituto no castigan por quedarse dos personas en la misma habitación? Es que me encanta esta sensación de hacer algo que no se debe.

Comenzó a reirse sin sentido, cuando se hacía tarde,Kamijo decía cosas sin sentido, incluso expresaba demasiado sus sentimientos...
Odiaba despertarse sabiendo que había dicho un montón de cosas impropias de alguien como él. Se sentía como si hubiera estado bebiendo cuando no era así.

-Esa es una excelente idea, si quieres puedo ayudarte o al menos darte mis sinceras opiniones cuando la escribas.

Al contrario de su compañero no se había detenido a pensar en la hora, estaba a sólo unos cuartos del propio, no creía que fuera mala idea estar ahí a menos que Kamijo quisiera dormirse ya.

-Si castigan... no lo sé, pero, la verdad no me importa, ¿a ti si?

Le miró a los ojos inclinandose un poco hacia el, bajó la voz hasta convertirla en un susurro.

-Además, no creo que se den cuenta.

Se alegró de que a su compañero le importarán sus acciones.
Y pensó sobre el castigo. ¿Se darían cuenta?

-No, no me importa lo más mínimo. -Dijo negando enérgicamente con la cabeza.

Cuando Hyde se inclinó hacia él, se volvió a ruborizar.

-*AAAAHHH!!! ¿Pero por qué me pasa esto?!*-Pensó.

La verdad no sabía que hacer. Su compañero estaba muy cerca de él. Se sentía muy agitado, su corazón le iba a cien. Pero estaba bajo los efectos de la noche, no podía pensar con claridad.
Así que puso una de sus manos en el hombre de Hyde y se le acercó aún más.

-Y si nos pillan...¿qué pensarán?

Cuando Kamijo le cogió por el hombro y se acercó aún más a su rostro, sintió el calor acumularse en sus mejillas. Sintió como de un momento a otro no sentía ni un grado de alcohol en su cuerpo, como si se hubiera consumido por sí solo. Tragó saliva antes de contestar, pero su voz aún no flaqueaba seguía sonando con la seguridad de antes.

-Pues... que piensen lo que quieran. ¿Tú qué pensarías si te encuentras a dos chicos a media noche en una habitación?

Continuaba susurrando. Esa cercanía le estaba nublando el pensamiento, y le daba miedo porque era propenso a dejarse llevar muy fácilmente.

Se dió cuenta de que estaban demasiado cerca, pero no podía separarse ni un poco, había una fuerza paranormal que le hacía estar cada vez más cerca de Hyde, como si de un imán se tratase.

-Pues... la verdad no lo sé...-dijo susurrando mientras miraba fijamente a los ojos de su compañero.

Se sentía confuso, pero muy relajado. Se atrevió a acariciar su rostro mientras no dejaba de mirarle.

No apartó ni su cuerpo ni su mirada, a pesar de que sentía que estaba ya casi encima de Kamijo. Por alguna extraña razón no podía hacerlo, tenía como una necesidad de estar en esa posición por un tiempo más. Y el aroma que había notado al llegar se hacía más pronunciado al momento de estar a esa distancia de su compañero.

-¿Y si los encontraras en una situación como esta?

Sonrió de medio lado con un dejo de malicia, pero casi unos segundos después su sonrisa se disipó. Ese mínimo contacto con las yemas de sus dedos sobre su mejilla le causó una sensación como de descarga. Sin dudarselo se acercó a sus labios como si algo lo llamase.

-¿Y si estuvieran...?

No terminó la pregunta, había cogido a Kamijo por el rostro y ya tenía los labios pegados a los de él, apoyandolos muy suavemente. Fue breve. Se apartó sólo un poco y bajó la cabeza.

-Lo lamento

Volvió a su puesto lentamente sentandose sobre sus propias piernas, arrodillado nuevamente frente a el.